El desembarco de Marcelo Tinelli en San Lorenzo se cocinó a fuego lento. Antes de que el Ciclón definiera su futuro en la Primera División, por Boedo se especulaba con la irrupción del conductor de Showmatch. Con la permanencia asegurada, el terreno quedó allanado para que el hombre de Bolívar desplegara toda la artillería. Si bien en las últimas horas trascendió que los hijos de Tinelli frenaron sus aspiraciones presidenciales, la injerencia del Cabezón en el futuro de San Lorenzo será mayúscula. Aunque no ocupe el primer rango jerárquico, Tinelli llevará al Ciclón en el puño de su mano. Es la única alternativa que advierten los dirigentes para que la institución resuelva los problemas inmediatos.
¿Será la salvación que necesita un club completamente devastado? Lo cierto es que hay un antecedente adverso: la última intervención de Tinelli, que tuvo su pico en 2008, generó más enigmas que certezas. La diferencia es que ahora el nivel de influencia es mucho mayor.
Leal a su rol de empresario, Tinelli no invierte en lugares donde sabe que va a ir a pérdida. Después de integrar el Departamento de Marketing y el Consejo de Fútbol, en 2007 fue una de las caras visibles de un grupo empresario que “aportó” dinero para contratar futbolistas. El proyecto se produjo durante el mandato de Rafael Savino, quien resultó uno de los grandes impulsores de la figura de Tinelli. Si bien San Lorenzo ganó el Clausura 2007 con Ramón Díaz como entrenador, las consecuencias del éxito dejaron un enorme vacío económico.
Lo curioso del grupo inversor fue parte de la conformación. Tinelli acercó a su socio Gustavo Ranucci. Y aquí vale la pena profundizar. ¿Por qué eligió a Ranucci? Porque compartían las ambiciones personales y entendían que con la compra de jugadores podían obtener grandes beneficios. Ranucci era dueño del Bingo Avellaneda, que en 2012 fue adquirido por Cristóbal López y Federico de Achával, quienes pagaron unos 240 millones de dólares. También manejaba el de Florencio Varela y ocupaba la vicepresidencia de la Cámara de Salas de Bingo. A pesar de ser hincha de River, Ranucci medió para que Díaz siguiera en San Lorenzo cuando en noviembre de 2007 el Pelado amagó con irse al Millonario. El quiebre en la charla, de la que terciaron Tinelli y Savino, obedeció a una promesa monetaria: 1.700.000 dólares en el contrato y otros 500 mil si San Lorenzo conquistaba la Copa Libertadores.
Juntos, Tinelli y Ranucci hicieron estragos. Pero en el combo también ingresó Carlos Abdo. El actual presidente del Ciclón, que por entonces administraba su propia empresa (Estática Internacional), contribuyó en los negocios. De todos modos, antes de asumir la conducción del club, en 2010, tuvo que desprenderse de los porcentajes que ostentaba. En 2009, los tres intervinieron en un fideicomiso destinado a la construcción de una pensión del fútbol juvenil. El acto de conformación se realizó en el cuarto piso de Ideas del Sur. En representación del plantel estuvo Jonathan Bottinelli, de quien Ranucci había comprado la mitad del pase. La pensión nunca se efectivizó.
En la columna de los dividendos frondosos, el caso más emblemático fue el de Gonzalo Bergessio. El grupo inversor le pagó 1.750.000 dólares al Benfica y se adjudicó la mitad de la ficha del delantero. Al poco tiempo, a Bergessio lo vendieron al Saint-Etienne en más de 6 millones de euros, por lo que el fruto económico alcanzó cifras astronómicas. Sin embargo, triunfaron Tinelli, Ranucci y sus secuaces, pero perdió San Lorenzo, que sólo percibió alrededor de 900 mil euros.
Una situación similar se dedujo de la compra de Alejandro Gómez. La transacción con Arsenal costó 2 millones de dólares: San Lorenzo puso 400 mil y el grupo inversor abonó el resto. Así, el Ciclón se quedó con el 10 por ciento del pase. Luego, el Papu pasó al Catania por 4 millones de euros y el incremento de las arcas del club fue ínfimo. Incluso Gómez inhibió a San Lorenzo por un dinero que no cobró y su adiós culminó manchado por desprolijidades altisonantes. Durante el conflicto, el protagonista escribió en Twitter: “Llamado a la solidaridad: si alguien conoce algún dirigente de CASLA avísenle que lo estamos esperando en Salta (donde el Ciclón hacía la pretemporada)”.
La contracara derivó de la contratación de Andrés D´Alessandro, en el verano de 2008. Savino y Ranucci viajaron a Europa para negociar con el Zaragoza y volvieron con la transferencia consumada: el grupo empresario desembolsó 3.500.000 millones de euros por el 50 por ciento del pase, mientras que los españoles mantuvieron la otra mitad. “Quiero agradecerle a Marcelo Tinelli, a Gustavo Ranucci y a Ramón Díaz”, blanqueó el volante en la presentación oficial que se desarrolló en el Nuevo Gasómetro.
D´Alessandro llegó para el Clausura y la Libertadores, pero los resultados no acompañaron y una oferta de 6 millones de euros del Inter de Brasil desembocó en una venta (casi) obligatoria, seis meses después del fichaje. Tras la partida, quedó al desnudo que San Lorenzo no podía afrontar los gastos del contrato del ex River. “La salida fue un alivio, al igual que la de Placente”, reconoció el vicepresidente Luis Incera. Con los números nítidos, los inversionistas no exprimieron la estadía de D´Alessandro. Y al Ciclón le quedó una deuda de 300 mil dólares que quedó documentada, y que correspondía a la prima.
El grupo inversor liderado por Tinelli arrimó a Santiago Solari (costeó una cifra cercana a los 750 mil dólares por un año de vínculo), José San Román, Gastón Fernández, Gastón Aguirre (destinó dinero para asegurar el 75 por ciento), Juan Manuel Torres (Tinelli lo habría comprado por 2 millones de dólares), Aureliano Torres y Jonathan Santana, entre otros. El Chaco Torres y Aguirre inhibieron a San Lorenzo; Abdo, ya como presidente, debió cumplir las obligaciones retrasadas.
Según informó Perfil el 24 de noviembre de 2011, en el periodo en que Tinelli participó con el grupo inversor “el pasivo del club se incrementó considerablemente: pasó de 36 a 70 millones de pesos”. No obstante, el mismo diario difundió el 28 de agosto de 2008 que el tesorero, Claudio Di Meglio, dijo que el pasivo era de “52 millones de pesos”. La oposición habló de “poco más de 80 millones de pesos”. Más allá de la discordancia, el déficit fue alevoso.
Está claro que Tinelli no es el único culpable de la situación que azota al Ciclón. Hubo cómplices estelares. Lo que es indiscutible es que se impone un recuerdo que no lo favorece. A juzgar por los hechos, el Cabezón fue socio de Abdo, a quien ahora debe socorrer. Tinelli es hábil. Sabe cómo armar una estructura que lo necesite, que dependa de él mismo para funcionar correctamente, o por lo menos para que parezca que funcione. Tinelli se refugió en la urgencia de San Lorenzo para ensanchar su bolsillo. Porque el amor no cuenta en la cuenta de los negocios. Y el bolivarense lo comprende, aunque quiera interpretar el papel de inocente.
Fuentes consultadas
Me gustaría que pongas mas datos y no que tires números al boleo para que la gente piense cualquier cosa.
ResponderEliminarCaso bergessio: Tinelli pone 1.5 millones por el 50, lo vende a 3 millones. De esa ganancia San Lorenzo recibe 900mil sin haber puesto un centavo por la operación. Ganancia para el grupo, 600mil. Sale ganando San Lorenzo.
Caso dalesandro: Tinelli pone 3,5 y lo vende en 3. Pierde plata y encima piden que deje al club?
Caso Solari: Abonó completamente el préstamo, que más quieren?
Caso Gomez: San Lorenzo nunca llega a pagar el 10% ya que lo cedió a cambio de la deuda, osea que nunca le pagó a Gomez por los meses que jugó. Por lo que jugó gratis.