miércoles, 7 de marzo de 2012

Por algo Bielsa está tan lejos...


Marcelo Bielsa no tiene lugar en un fútbol argentino que no conoce reglamentos ni comprende valores éticos y morales. El sistema perverso lo ha excluido. Y él, aferrado a sus convicciones ideológicas, no se preocupa. No se preocupa porque es un juego al que no quiere jugar con las normativas vigentes. Bielsa atesora todo lo que le falta al fútbol doméstico, fundamentalmente rectitud. Pretender que un profesional serio se desenvuelva en un ámbito desleal y deshonesto sería alimentar una olla inadecuada. Ni siquiera lo seduce el cartel de Boca y River. Su apetito evalúa proyectos, y en la Argentina los proyectos se extinguieron. Y sin proyectos no hay futuro, entiende el Loco, que de loco lleva sólo el apodo.

La “pérdida” del rosarino, que se consumó el 14 de septiembre de 2004, cuando renunció a la Selección, es una herida insoslayable que lastima como si se hubiera producido hace pocos días. Aquella noche, Bielsa se quedó sin energías “para absorber las tareas que demanda la Selección”. A partir de ese momento, Bielsa ya no es nuestro. Si bien es uno de los grandes responsables de la decadencia del fútbol argentino, a Julio Grondona hay que reconocerle la virtud de no dejarse arrastrar por el resultado del Mundial de Japón. Ofrecerle la renovación al Loco fue lo mejor que hizo. De todos modos, tampoco alcanzó la decisión política. A Bielsa se lo comió la hostilidad del entorno, encabezado por la opinión pública que no pudo ver más allá del triunfalismo reinante.


En la Argentina se desvaneció el respeto por la formación y cada vez se educa menos. Dirigentes que echan a mansalva y que contratan sin fundamentos, entrenadores que cierran vínculos en clubes donde hay colegas trabajando, y jugadores en la misma sintonía. Estas son las consecuencias del “vale todo” que impera en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Bielsa, sin embargo, apuntado por un diario deportivo español como el futuro reemplazante de Pep Guardiola en Barcelona, respondió: “Son hipótesis. Por prudencia nunca me refiero a situaciones hipotéticas”.

Bielsa es distinto desde la forma hasta la concreción. Intentar hacer que cambie de postura implicaría sumergirlo en un caldo espeso que nada tiene que ver con su esencia. La comodidad del Loco se halla en las libertades que le otorgan para desarrollar su actividad sin condicionamientos. Bielsa excede el denominador común. Por ejemplo, no concede entrevistas particulares: sólo se expresa en conferencia de prensa. Mientras dirigió la Selección, su medida fue criticada desde las grandes corporaciones mediáticas, que sangraban por no tener material exclusivo.

Desde su concepción futbolística, Bielsa también se distingue del grueso de los directores técnicos locales. Su visión del juego es uniforme y sus esquemas tácticos predilectos no varían del 3-3-1-3 (lo implementó en Chile) o del 4-3-3 (fue el de los inicios en Newell´s y en la actualidad lo reafirma en Athletic Bilbao), dos disposiciones que no son frecuentes en Argentina. A Bielsa le gusta que sus equipos sean verticales y que utilicen las bandas para crear espacios, sobre todo en la faz ofensiva. Para recuperar la pelota propone un marcaje individual, de uno contra uno. “Tengo admiración hacia una persona como Bielsa. De él aprendí la valentía de sus equipos, la manera de jugar siendo atrevido, sin importar dónde ni contra quién. Los equipos de Bielsa siempre van al ataque”, lo elogió Guardiola.

El periodista Román Iucht, autor del libro Marcelo Bielsa, la vida por el fútbol, escribió sobre el rosarino: “Diferenciará entre dos grupos de entrenadores. Los que optan por el método y son ´intervencionistas´, y los que prefieren la improvisación y son ´facilitadores´. Se ubicará entre los primeros, pero aceptará a ambos como válidos”. La descripción de Iucht es un buen resumen de la idiosincrasia bielsista.

No tener a Bielsa es malo no sólo para el fútbol, sino también para el país. Porque hombres como Bielsa dignifican la profesión y la apuesta de la Argentina por lo genuino. El amor por Newell´s es lo único que puede traer al Loco. Pensar en un retorno sin la Lepra en el camino no tiene ningún sustento real. Bielsa, un educador por elección, es de otro mundo.

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