sábado, 31 de diciembre de 2011

El regreso de un patriota: Martino vuelve a Newell´s

“A partir de enero, si es que se produce alguna posibilidad, empezar. Si no seguiré esperando”, comentó Gerardo Martino hace un mes, después de superar la transición entre la selección paraguaya y un nuevo desafío. Sin embargo, el Tata pateó el tablero, anticipó al calendario y tomó, seguramente, una de las decisiones más importantes de su carrera: volvió al país para dirigir a un Newell´s que atraviesa una actualidad deportiva compleja, con la mochila de un Apertura muy pobre (la Lepra fue el segundo peor equipo, con 16 puntos) y un promedio que comienza a asfixiar.

Pero aquí no existen las casualidades. La determinación de Martino obedece a un acto estrictamente genético. Criado en el club y surgido de las divisiones inferiores, rechazó una oferta millonaria que le llegó desde Colombia y regresó a su casa para adjuntarle otro capítulo a esta novela de amor eterno. “Elegí Newell´s y estoy totalmente convencido. Mi valoración de la propuesta de trabajo pasó por parámetros distintos a los habituales”, sentenció el Tata en su presentación. Porque detrás de su retorno hay muchas historias para contar.

En condiciones normales, Martino, uno de los directores técnicos más requeridos del momento, no hubiera vuelto a su patria. Ni por el reto futbolístico ni porque le representara un progreso económico. Sus antecedentes son arrolladores. En Paraguay, donde arribó en 2002, obtuvo tres campeonatos con Libertad (y dos Absolutos, que miden en una final al ganador del Apertura y del Clausura) y fue semifinalista de la Copa Libertadores 2006.

En 2004 pasó a Cerro Porteño y se coronó en ambos torneos domésticos (lo que le valió el Absoluto), mientras que en la Copa Sudamericana quedó eliminado en cuartos de final. Las cinco conquistas y los tres Absolutos en su recorrido por la liga paraguaya lo depositaron en la selección nacional. Asumió en 2007, confeccionó una estructura compacta y cumplió el objetivo: clasificó al Mundial de 2010 y en las Eliminatorias se ubicó en el segundo puesto, con 33 unidades, igual que Chile. En Sudáfrica salió octavo. Y al año siguiente perdió la final de la Copa América frente a Uruguay. Después de un ciclo exitoso, que duró cuatro años y medio, dimitió.

Tras cinco meses de descanso, Martino, de 49 años, afrontará una etapa exigente. Sólo el sentimiento podía devolverlo a su morada. Esa relación intrínseca que nació a mediados de la década del setenta es la que hoy entrelaza los caminos. El Tata es un emblema de Newell´s, de hecho una de las plateas del estadio lleva su nombre, pero también de Rosario. El miércoles 30 de noviembre (diez días antes de su cumpleaños), en el Consejo Municipal, fue declarado deportista distinguido de la ciudad. “Es una condecoración justa para un hombre de bien, que le ha dado mucho a Newell´s y al deporte de la ciudad”, expresó el presidente del Consejo, Miguel Zamarini.

Así, con homenajes constantes y el reconocimiento marcado a fuego, Martino se pone al frente de la empresa de su sangre. El próximo miércoles, cuando se encuentre por primera vez con el plantel, será el regreso oficial. El regreso de un patriota que decidió con la camiseta puesta. Sí, el Tata volvió a Newell´s.

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