martes, 28 de junio de 2011

¿Qué te pasó, Alejandro?

Nació en San Vicente, Santa Fe, y llegó al tumulto de Buenos Aires hace 18 años, después de pasar la adolescencia en Córdoba. Con un bolso de ropa desnutrido, desembarcó y se probó en un casting de relatores que hizo Radio Mitre, que buscaba reemplazar a Héctor Caldiero en las transmisiones de la campaña de Boca. Así comenzó a abrirse paso Alejandro Jorge Fantino, un muchacho que no tenía demasiados argumentos periodísticos pero sí un talento evidente. Sus condiciones sedujeron el paladar de Mitre y, aunque las autoridades de la emisora que pertenece al Grupo Clarín no confiaban en darle semejante responsabilidad a una persona que recién empezaba, arrancó el ciclo deportivo. Tras una década, Fantino dejó de seguir al Xeneize y escindió el juego. Su imagen (fuerte) ya estaba instalada en los medios de comunicación.

Mientras continuaba en radio, Fantino también se inmiscuyó en el terreno de la televisión e incluso lideró programas exitosos (Mar de Fondo, en Tyc Sports, y ESPN Estudio, en ESPN, por ejemplo). De todos modos, la intención no es detallar el currículum del santafesino, sino remarcar la ascendencia de una figura que hizo un culto de sus mayores virtudes y se transformó en un punto de referencia, sobre todo para los más jóvenes. Sin embargo, sobre Fantino recae un cuestionamiento mayúsculo: si para muchos fue un espejo, ¿por qué se vendió al mejor postor? Fantino no es el mismo. En los últimos tiempos cambió, y el viraje fue para peor. ¿Qué te pasó, Alejandro?

Para clarificar el panorama, por más que suene redundante, resulta apropiado contextualizar la situación. La embestida del Gobierno contra el Grupo Clarín trajo aparejada una clara oposición de intereses económicos, políticos y sectoriales. La transmisión televisiva del fútbol de Primera División, que hasta ese momento le pertenecía a Torneos y Competencias (propiedad del Grupo Clarín), se estatizó. La ligazón de Julio Grondona con Cristina Fernández de Kirchner evidenció el apoyo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) a una maniobra que en el fondo parecía justa. En desacuerdo con la nueva disposición, que inquietó a los que se llenaban los bolsillos a costa del fútbol, emergieron los denostadores públicos.

Daniel Vila, presidente de Independiente Rivadavia de Mendoza y dueño de un multimedio que comparte con José Luis Manzano y que lleva el nombre de ambos, fue uno de los que aprovechó la ocasión para arremeter. Primero defenestró la interminable gestión de Grondona y luego anunció que se postulará en las próximas elecciones para desbancar al fundador de Arsenal de Sarandí. ¿Qué tiene que ver Fantino en todo este enredo? Simple: para conseguir su objetivo, Vila confeccionó un ejército de periodistas obsecuentes y eligió a Fantino para que guiara la propaganda servil. Como acción vital, Vila le encomendó la defensa de la Ley de Democratización del Fútbol, el principal estandarte de la “plataforma” del empresario.

Contemplar a Fantino en el núcleo de ese circo perverso es, sin dudas, una ofensa a su trayectoria, un engaño hacia quienes años atrás lo miraban con fascinación. Dejarse absorber tan fácilmente por un personaje oscuro le quitó seriedad y credibilidad. Fantino supo protagonizar programas excepcionales, que combinaban humor, cultura, arte y deporte, pero aquel conductor ejemplar se ensució por unos míseros billetes. Vila, a cambio, lo puso a la cabeza de los Martín Fierro 2009 que fueron emitidos por América y le dio dos programas en el canal (su canal): El Show del Fútbol y Animales Sueltos. Allí Fantino desplegó la miseria de su nueva faceta. De apostar por contenidos formativos pasó a mostrar mujeres semidesnudas y a ofrecer productos chatos, vacíos e incongruentes con su historia previa.

Por otra parte, el raid de Fantino no se circunscribió a las mieles de Vila. Su última (y actual) incursión radial vino de la mano de otro nefasto: Daniel Hadad, quien lo llevó a Radio 10. Hay que ser demasiado ingenuo para creer que Fantino no sabe de qué mano come. ¿Cómo hizo Hadad para conseguir Radio 10? La señal pertenecía a Radio Municipal hasta que Carlos Menem firmó dos decretos en los que aprobó la presentación de proyectos para la privatización. Irregularidades al margen, Menem le sirvió en bandeja la licitación a la empresa Auditas S.A., integrada por Hadad y Marcelo Tinelli, quien más adelante se fue, entre otros socios. Ahora Fantino forma parte de esa farsa: conduce Hora Pico. Como si fuera poco, comparte dial con Oscar González Oro, Rolando Hanglin y Mariano Grondona.

En consecuencia, Fantino se ligó a los imperios de dos personalidades de dudosa procedencia. Así, el profesional transparente se tiñó de amarillo. El Fantino de hoy no se dedica a informar, sino a desestabilizar y a operar. ¿Qué te pasó, Alejandro? Una lástima…

1 comentario:

  1. LE PASÓ LO QUE A MUCHOS, CUANDO LOS IDEALES SE TIÑEN CON PODER ECONÓMICO, SE PROSTITUYE TODO.
    ESTOY DE ACUERDO, QUE LÁSTIMA!!

    ResponderEliminar