Diego Armando Maradona es tan genial como impredecible. Con la idéntica personalidad que transmitía en las épocas de pantalón corto y número diez en la espalda, hoy, a 13 años de su último partido oficial, el entrenador de la Selección recorre la vida por el mismo camino. La esencia se mantiene inalterable. Definir la lista de 23 futbolistas para el Mundial de Sudáfrica representó para Diego un desafío planteado en letras mayúsculas. Sin embargo, tratándose de Maradona, un hombre que se ha caracterizado por entregar un plus en los momentos más complicados, quizás a través de los hilos supremos que lo manejan desde arriba, podía preverse una maniobra individual de semejante calibre. ¿Por qué maniobra individual? Porque Maradona puede escuchar a Alejandro Mancuso y a Héctor Enrique, pero la decisión final pasa por su martillo. El seleccionador argentino, en el último suspiro, desató la zurda y, así, jugó un pleno a una ficha que estaba fuera de los cálculos: Ariel Hernán Garcé.
El Chino debutó en la Primera de River en 1999, cuando Ramón Díaz era el director técnico del Millonario. Al poco tiempo se transformó en una pieza clave dentro de la estructura del Pelado. En el Clausura 2002, Garcé obtuvo su primer título como jugador profesional. Y repitió en 2003, antes de pasar al Morelia de México, y 2004, al regresar después de haber defendido una temporada la camiseta de los Monarcas. En 2003 también se produjo la presentación oficial en la Selección: Marcelo Bielsa la convocó para disputar dos partidos amistosos (ante Honduras y Estados Unidos). Luego Garcé pasó por Colón, Olimpo, donde, además de haber descendido a la Primera B Nacional, lo suspendieron seis meses a raíz de un caso de doping, Rosario Central y en 2007 volvió al Sabalero.
Maradona lo citó para el choque con Haití y al parecer el Chino, de 30 años, sedujo al entrenador con su personalidad y voz de mando. En la búsqueda frenética por hallar líderes, Diego no quiso prescindir del carácter de Garcé. ¿Qué puede aportar el tandilense dentro de la cancha? Maleabilidad. A saber: Garcé, quien comenzó de lateral derecho, puede desenvolverse tanto como marcador central en línea de cuatro o como stopper o líbero en línea de tres. El detalle del lateral derecho cobra relevancia porque el único marcador de punta natural que llevó Maradona es Clemente Rodríguez. Garcé es una opción potable para cubrir cualquier posición de la defensa.
Lo cierto es que el Chino, más allá de su temperamento, implica una variante táctica importante. Aunque en la consideración de Maradona tenga muchos competidores adelante, por lo menos para ocupar un lugar entre los titulares.
El Chino debutó en la Primera de River en 1999, cuando Ramón Díaz era el director técnico del Millonario. Al poco tiempo se transformó en una pieza clave dentro de la estructura del Pelado. En el Clausura 2002, Garcé obtuvo su primer título como jugador profesional. Y repitió en 2003, antes de pasar al Morelia de México, y 2004, al regresar después de haber defendido una temporada la camiseta de los Monarcas. En 2003 también se produjo la presentación oficial en la Selección: Marcelo Bielsa la convocó para disputar dos partidos amistosos (ante Honduras y Estados Unidos). Luego Garcé pasó por Colón, Olimpo, donde, además de haber descendido a la Primera B Nacional, lo suspendieron seis meses a raíz de un caso de doping, Rosario Central y en 2007 volvió al Sabalero.
Maradona lo citó para el choque con Haití y al parecer el Chino, de 30 años, sedujo al entrenador con su personalidad y voz de mando. En la búsqueda frenética por hallar líderes, Diego no quiso prescindir del carácter de Garcé. ¿Qué puede aportar el tandilense dentro de la cancha? Maleabilidad. A saber: Garcé, quien comenzó de lateral derecho, puede desenvolverse tanto como marcador central en línea de cuatro o como stopper o líbero en línea de tres. El detalle del lateral derecho cobra relevancia porque el único marcador de punta natural que llevó Maradona es Clemente Rodríguez. Garcé es una opción potable para cubrir cualquier posición de la defensa.
Lo cierto es que el Chino, más allá de su temperamento, implica una variante táctica importante. Aunque en la consideración de Maradona tenga muchos competidores adelante, por lo menos para ocupar un lugar entre los titulares.
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