miércoles, 1 de julio de 2009

El Charro es Nacional


El Club Social y Deportivo Merlo tiene apenas 54 años de vida y transcurrió gran parte de ella en las tres categorías mas bajas de nuestro fútbol. Le dicen Charro en honor a José Manuel Moreno, quien integró La Máquina de River y fue director técnico, entre 1977 y 1978, del club fundado en Parque San Martín. Además, al estadio, lo bautizaron con el nombre del ex entreala derecho. Sin muchos pergaminos en su palmarés, tras el pitazo final de Cristian Faraoni, Merlo entró en la historia porque por primera vez jugará en el Nacional B. Algo lejano que, con el correr de los partidos, se transformó en una realidad.

El presidente Leonardo Rossi no gastó fortunas ni incorporó figuras rutilantes para afrontar la temporada 08/09 de la Primera B Metropolitana. Apostó por el uruguayo Felipe De La Riva, que cargaba sobre sus hombros un ascenso con Acassuso en 2007, para conducir al grupo. Y ese fue el primer gran acierto. Había que cambiar la imagen del ante último puesto y nada mejor que contratar a un entrenador joven pero con experiencia. Después, la conformación del plantel, con un presupuesto limitado, resultó clave.

“Fuimos a buscar jugadores al Argentino, a la Primera C y a un arquero que había atajado apenas un partido en Primera (Franco Armani). Tuvimos que hacer fuerza para que la dirigencia confíe en él. Al volante Matías Roldán lo fuimos a buscar a Além; a Maximiliano Barreiro (delantero) de Real Arroyo Seco de Rosario; Zelmar García era defensor de las inferiores de Vélez -no había debutado en Primera-. Nos dieron un gran resultado. También Gabriel Ferro, un lateral derecho surgido en Merlo, rindió más de lo que mayoría esperaba”, explicó De La Riva en una nota a la Revista El Gráfico.

La solidez en el arco, la firmeza en la defensa con Daniel Delgado y Gastón Vales, el medio aguerrido con el capitán Leonel García y la creación a cargo del talentoso Pablo Rodríguez, y adelante la cuota goleadora de los siempre efectivos Maxi Benítez y Guillermo Leiva. Sumado a los antes nombrados por el DT, se empezó a recorrer el camino. Con 16 partidos ganados, 15 empatados y 9 perdidos, Merlo entró 5º y clasificó al Reducido.

El detalle de esta gran campaña nació en la fecha 30. Merlo recibía a Morón y el partido, apenas arrancado, tuvo que suspenderse debido a incidentes entre distintas facciones de la barra del Charro. A partir de ese momento, el titular del Comité Provincial de Seguridad Deportiva (COPROSEDE), Rubén Pérez, le impidió a Merlo volver a jugar en el Estadio Moreno y, además, lo obligó a hacerlo a puertas cerradas, sin el ingreso de sus simpatizantes. Como consecuencia, la entidad presidida por Rossi se la tuvo que bancar sin el apoyo de su gente y sin el peso de la localía.

En cuartos de final bajó por la mínima al duro Colegiales, luego sorprendió a Morón en semifinales, con un triunfazo 2 a 1 en el Francisco Urbano, y en la finalísima venció a Defensores de Belgrano gracias a la ventaja deportiva (inexplicable invento de la AFA). La serie regular se potenció aún más con la excelente producción del Reducido. Era importante, pero Merlo iba por el ascenso.

En la promoción se topó con Los Andes, que venía de un buen cierre en el Nacional B y que, en los papeles, tenía todas las de ganar. De La Riva amenazó con no presentarse si el COPROSEDE mantenía la medida antes mencionada por considerarla una desventaja deportiva. Sin embargo, todo siguió igual, al técnico lo convencieron y su equipo sorprendió: con gol de Pablo Rodríguez se impuso en la cancha de Almagro (donde Merlo hizo de local). En el partido de vuelta tuvo que sufrir para luego festejar. Armani redondeó intervenciones importantes y brilló con sus atajadas. El conjunto dirigido por Luis Blanco no pudo lastimar y Faraoni se vio obligado a suspender el partido unos minutos antes por invasión de la gente local. Antes, un cabezazo de Esteban Cassino mató las esperanzas de Lomas.

Un acontecimiento que debe ser tomado como ejemplo por todos los directivos. Para conseguir cosas importantes no es necesario tener una gran billetera, a veces la idoneidad intelectual para aprovechar inteligentemente los recursos tiene un peso mayor. Estamos hablando de fútbol, no de matemáticas. Merlo demostró que se puede, y que no es imprescindible incorporar estrellas. Un técnico que supo entregar un mensaje directo, una dirigencia (con el apoyo de la empresa World Sport Management SRL, que, según Wikipedia, gerencia) que supo elegir y un plantel de futbolistas humildes pero con mucha hambre de gloria. Un combo que tuvo las llaves de la historia y del éxito. Desde acá van las felicitaciones para los muchachos del Charro. Bienvenido sea que en el fútbol argentino sucedan estos hitos.

Si, señores. Por primera vez en su historia, Merlo es Nacional.

1 comentario:

  1. Gracias por hacerme saber lo de "Charros" como así también el nombre del estadio, muy bueno todo el comentario

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