martes, 15 de junio de 2010

Que sirva de experiencia...

“Siempre es importante empezar ganando en un Mundial”, insisten los protagonistas, como si se tratara de un mandamiento religioso. No obstante, si bien la frase hecha posee argumentos verídicos, ciertos puntos de la afirmación contienen matices ambiguos. Con una victoria en la primera presentación se logra sacar una pequeña piedra de la mochila, aunque la obligación para el próximo duelo es la misma. El fútbol, está claro, no es una ciencia exacta. El riesgo de la famosa manta corta se corre tanto en la práctica como en la teoría. Obtener tres puntos en el debut puede representar un beneficio o también un dolor de cabeza. Hay un antecedente cercano que ilustra la idea de la proposición.

El 2 de junio de 2002, la Selección Argentina iniciaba su participación en la Copa de Mundo que se disputó en Japón y Corea de Sur. El rival, al igual que en 2010, fue Nigeria. ¿El resultado? Idéntico: 1 a 0. ¿El medio de la conquista? Idéntico: de cabeza, tras la ejecución de un tiro de esquina. El equipo de Marcelo Bielsa, que parecía transitar el camino indicado, cayó con Inglaterra y luego empató ante Suecia. Como consecuencia, quedó eliminado en la primera ronda. En un deporte en el que no existen las garantías, son los dichos populares los que alimentan la confianza, aunque no sean indicadores de finales felices.


Diego Maradona, más allá del halago del sábado, deberá encontrar la mejor versión de la Selección. El triunfo adquiere importancia porque se vieron atributos que hacen pensar que Argentina puede aspirar a más. El entrenador no come vidrio: sabe que el equipo aún debe madurar. Y para que se fomente ese crecimiento, por ejemplo, no podrá existir el perdón en el arco de enfrente. La consolidación defensiva también será un cimiento indispensable para edificar el sueño mundialista. Jonás Gutiérrez, por citar un jugador que cumplió una función “desconocida”, fue útil con su habitual despliegue físico pero en el retroceso dejó un vacío considerable. Ojo.

Maradona, a través de la correcta interpretación de los jugadores, demostró que, además de dormir hasta altas horas de la tarde, tiene tiempo para planificar una jugada de pizarrón que puede significar un gol enorme. Porque la acción que culminó con el grito de Gabriel Heinze no surgió desde la improvisación. Hubo ensayo; acción y reacción. Punto a favor.

La misión de cara al futuro consistirá en refinar el estilo de juego para achicar el margen de error a la mínima expresión. Argentina necesita reforzar las estructuras. Así, si consigue fortalecer el funcionamiento integral, podrá potenciar las virtudes y corregir las falencias. Experiencias truncas hay de sobra, sólo resta comprender que el presente y el futuro también se construyen con el pasado.

1 comentario:

  1. "Margen de error"?jajaja hoy se puede decir que el negocio salio redondo..mas que esa pelota que gira en la cancha, primera etapa superada y de la mejor manera segun cualquier calculo matematico:3 partidos jugados,los 3 ganados y 1 solo gol en su valla..QUE MAS SE PUEDE DECIR?
    Esperamos muuucho mas de esta seleccion!!! Vamos por Mexico!! saludos

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