viernes, 12 de julio de 2013

Roberto Martínez, el hombre que viajó una semana y se quedó a vivir

Dave Whelan, el dueño del Wigan desde febrero de 1995, eligió su propia aventura: levantar a un club hundido en la intrascendencia del fútbol inglés y llevarlo a la Premier League en un lapso de diez años. La inversión era arriesgada y la prédica parecía una utopía. Pero una de las inmensas virtudes de este hombre acaudalado fue no dejarse influenciar por la atracción del dinero. Propietario de una visión distinguida, sacó a relucir lo que el manual del empresario omnipotente esconde por temor a perder virilidad. Un día convocó a los españoles Jesús Seba, del Zaragoza, y a Isidro Díaz y Roberto Martínez, que jugaban en el Balaguer, y los invitó a sumarse al Wigan. Los tres aceptaron el convite, que en principio incluía una semana de estadía para que pudieran conocer los pormenores del proyecto. 

Sólo Whelan sabe cómo encontró la aguja en el pajar. Martínez era un ignoto mediocampista de 22 años que apenas había disputado 35 minutos de un partido oficial en la Primera del Zaragoza, el 20 de junio de 1993 ante Atlético Madrid. El tiempo pasó y nunca más pudo mostrarse en el conjunto maño. En agosto de 1994 recaló en Club Fútbol Balaguer, una humilde institución catalana que peleaba en la Cuarta Categoría. Su trayectoria futbolística transcurría en el anonimato y sin demasiado éxito. Hasta que el llamado de Whelan le cambió la carrera… y la vida. 

Estancado en su país, Martínez aprovechó la oferta de Whelan, quedó obnubilado tras la semana inaugural y decidió mudar su entusiasmo a Inglaterra. Wigan deambulaba en la Third Division, que hasta 2004 fue la cuarta categoría. La competencia, organizada por la Football Association, era la última de la escala profesional. 

En la primera temporada, la 1995/96, a pesar de la irregularidad del equipo, Martínez comenzó a codearse con el destino. El 11 de noviembre de 1995 se transformó en el primer español en disputar un partido de la FA Cup. En aquel cotejo, frente al Runcorn, agregó otra pincelada épica: marcó un gol y quedó en la historia como el primer español en convertir en el torneo más antiguo del mundo. Poco tiempo antes, en su debut en la liga, también anotó. 

Para la 1996/97 Seba volvió a Zaragoza. Como consecuencia, se desarmó el The Three Amigos, como apodaban al terceto. Martínez mantuvo el nivel y rápidamente se consolidó en un equipo que al final de la campaña se coronó campeón. Los números reflejaron el buen rendimiento. Wigan sumó 87 puntos, que se desglosaron del siguiente modo: 26 victorias, 9 empates y 11 derrotas (46 partidos en total); 84 goles a favor y 51 en contra. El objetivo de Whelan subía un escalón. Esperaba la Segunda División. 

Díaz emigró al Wolverhampton, de la Segunda. Luego regresó a Wigan pero no fue tenido en cuenta. Martínez, afianzado, tenía un lugar privilegiado en la consideración de los hinchas y era inamovible en el esquema del entrenador, John Deehan. La 1997/98 culminó en la decimoprimera colocación, pero en las tres temporadas posteriores Wigan rozó el ascenso después de finalizar la temporada regular en la sexta, cuarta y sexta posición, respectivamente. Manchester City, por entonces terrenal, Gillingham y Reading postergaron el festejo, que recién se concretaría en la 2002/03, con una producción superlativa que alcanzó las 100 unidades. 

Antes de que se abriera la 2001/02, Martínez aceptó una propuesta del Motherwell escocés y cerró, así, su exitosa estadía en Wigan, que duró seis años. Cabe destacar que en la 1998/99 sumó otro título: la League Trophy, tras vencer 1 a 0 a Millwall. El paso de Martínez por Motherwell no resultó fructífero y al año siguiente retornó a Inglaterra para jugar en Walsall, que intervenía en Segunda. 

Su próximo destino fue Gales, donde desembarcó en Swansea City, de la Cuarta. Swansea es uno de clubes galeses que participa en las ligas inglesas. Martínez respiró el mismo aire revolucionario que en Wigan. Evitó el descenso en la 2002/03 y en la temporada siguiente no sufrió la presión de las últimas plazas. Lo mejor llegó en la 2004/05. Fue la figura del Swansea que promocionó a la Football League One (antigua Segunda División). En la instancia final del playoff de la temporada 2005/2006, ante Barnsley, el ascenso a la Football League Championship (antes denominada First Division) se frustró en la definición por penales después del empate 2 a 2. 

Con la frustración aún latente, Swansea lo dejó en libertad de acción. Chester City, de la Cuarta División, logró contratarlo. Sin embargo, en febrero de 2007 recibió un llamado que le cambió la perspectiva. Swansea se había quedado sin director técnico por la dimisión de Kenny Jackett, quien estaba al frente del equipo desde abril de 2004, y los dirigentes le ofrecieron el cargo a Martínez. “Fue una decisión muy difícil, porque tenía 33 años y me encontraba físicamente bien. Era fácil decir que sí a entrenar al Swansea. Lo difícil era colgar las botas y decir adiós a la vida de futbolista”, recordó el español en una entrevista publicada por el sitio paginasdeportivas.net

Así fue como Martínez estrenó el buzo de entrenador. En Swansea, que militaba en Tercera, trazó una primera campaña aceptable tras asumir con el campeonato iniciado. Al año siguiente vendría lo mejor: el equipo galés salió campeón con números envidiables, que incluyeron 92 puntos y 27 victorias en 46 partidos. La brillante tarea de sus hombres le valió a Martínez el premio al mejor entrenador del año en la categoría. “Es un gran honor. Acepto el reconocimiento en nombre de Swansea City y de todos los que tienen relación con el club”, expresó. El español comenzaba a demostrar grandes cualidades en su nueva función. La temporada en Segunda concluyó a seis puntos de la zona de playoff. 

El diario El Mundo, uno de los más populares de España, no dudaba en catalogar a Martínez como una persona de moda en Inglaterra. Fue justo después que Swansea eliminara de la FA Cup al último ganador del certamen, Portsmouth. "Ha sido un éxito muy celebrado. No estamos hablando de un adversario cualquiera, sino del Portsmouth, un club histórico, formado por numerosos futbolistas internacionales y con un presupuesto muy superior al nuestro”, valoró Martínez. 

“Nuestra intención es llegar a la Premier, aunque se trata de un objetivo a largo plazo", repetía el balagariense. No obstante, otro llamado de Whelan torció el rumbo. Ahora la oferta era para dirigir al Wigan, que desde la 2005/06 competía en la máxima categoría. Martínez sentía un afecto absoluto por el dueño del club inglés, que lo rescató de España cuando su carrera mecía en el abismo, y no pudo rechazar la proposición. Es oportuno resaltar que en 2004 los hinchas del Wigan eligieron a Martínez héroe de culto de todos los tiempos en una votación en la que ganó con el 61 por ciento. 

Los fanáticos de Swansea nunca le perdonaron la decisión. En un partido correspondiente a la Carling Cup, el Wigan de Martínez recibió a Swansea. En la tribuna visitante se desplegó una bandera que decía “Judas”. 

En la Premier League, con Martínez como director técnico, Wigan no pudo superar la decimoquinta posición en ninguna de las temporadas. El descenso fue un fantasma permanente hasta que en el momento menos indicado se tornó ineludible. Si no hubiera sido por el apoyo incondicional de Whelan, Martínez no hubiera continuado en el cargo después de los primeros años. De esos resultados, más allá de las adversidades, aún se recuerdan los triunfos ante Arsenal, Liverpool, Chelsea y Manchester United. 

La temporada 2012/13 tocaría los extremos. El 11 de mayo de 2013, Wigan jugó la final de la FA Cup ante el poderoso Manchester City, en Wembley. Un cabezazo de Ben Watson en el minuto 91 le dio al Wigan el primer título de su historia. Pocos días después, los de Martínez caían frente a Arsenal y decretaban el descenso a Segunda. Dos decenas de derrotas fueron insostenibles. 

A pesar de la ambigüedad, el entrenador español se posicionó bien en el mercado europeo. La balanza personal quedó inclinada a su favor. No es casualidad que Everton, que buscaba reemplazo para David Moyes, haya fichado a Martínez por las próximas cuatro temporadas. La información es aún más relevante porque sustituirá a quien ocupará la plaza que dejó vacante Alex Ferguson en Manchester United. "El objetivo debe ser entrar en la Champions. No va a ocurrir la próxima temporada, pero es el objetivo para el futuro", apuntó el ex Swansea. 

A más de 18 años de su aterrizaje en Inglaterra, Martínez edificó un currículum notable, como jugador y entrenador. Todavía evoca sus inicios. No sabía hablar el idioma y la comunicación con Whelan era compleja. Adoptó al dueño del Wigan como su padre futbolístico, quien captó el talento que otros desecharon. Hoy Martínez defiende su idea con autoridad. Hoy pronuncia un inglés (casi) perfecto. Hoy es el hombre que viajó una semana y se quedó a vivir.

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